¿Cuando se debe hacer el rediseño del logotipo de la empresa?

A lo largo de la vida de una empresa llegará un momento en que desde la directiva, gerencia o incluso desde los empleados se plantee el rediseño del logotipo de la propia empresa o de alguno de sus productos. En esta entrada hablaremos sobre cuándo, desde nuestro punto de vista, es necesario hacer este cambio.

Antes de entrar en materia hablaremos sobre el término “logotipo”. Aunque está extendido la utilización de este término para referirse a la identidad gráfica de una empresa, este uso no es del todo correcto. En diseño gráfico el logotipo es aquella parte de la identidad gráfica que está compuesta por letras o tipografías y llamamos símbolo a aquel recurso gráfico que acompaña a esta composición tipográfica. De esta manera la unión del símbolo y del logotipo lo llamamos imagotipo. Como una imagen vale más que mil palabras lo vemos con un ejemplo de sobra conocido por todos.

Logotipo

Logotipo

Símbolo

Símbolo

Imagotipo

Imagotipo
(símbolo + logotipo)

En Ático I Creativos estamos preparando una sección a modo de glosario con los términos de diseño gráfico, publicidad y mundo online que puedan ser interesantes. Como nuestra máxima prioridad es comunicarnos y que todo el público nos entienda, seguiremos hablando en esta entrada de “logotipo” al referirnos al “imagotipo”.

La decisión de hacer el rediseño del logotipo o imagen corporativa de nuestra empresa puede estar motivada por varios factores; siendo la principal el paso del tiempo. Como norma general el logotipo o imagen de marca de una empresa bien diseñado debe tener una vida útil de, como mínimo, 10 años. Si antes de estos años ha quedado obsoleto posiblemente el proceso creativo de su elaboración no haya sido el correcto. Con esto no queremos decir que haya que rediseñar el logo cada 10 años, los hay con una vida mucho mayor, incluso centenaria, que con pequeños retoques, muchos de ellos casi imperceptibles, se han modernizado y avanzado con el tiempo. Estos son realmente casos de éxito, no sólo de los diseñadores sino de todos los estamentos de la empresa.

Cuando una empresa o producto tiene éxito y una vida prolongada se encuentra que las tendencias visuales de la sociedad van cambiando. Lo que hace unos años resultaba un diseño actual, moderno y atractivo con el paso del tiempo puede llegar a estar “pasado de moda”, ser “viejuno” y, en definitiva, quedar obsoleto. En este caso es fundamental un rediseño. En estos casos los estudios de diseño nos encontramos a veces con un problema. En una empresa con una larga trayectoria y generacional donde el mando de la empresa ha pasado de padres a hijos existe una relación sentimental hacia el logotipo. Los dueños saben que necesitan actualizar su imagen, muchas veces se dan cuenta de motu propio y otras por presiones de los empleados, clientes y demás entorno, pero a la hora de la verdad son reacios al cambio. Es aquí donde los estudios de diseño gráfico tenemos la misión de convencerlos de la necesidad de hacer un rediseño del logotipo.

Existen más motivos por los que es necesario un cambio en el logotipo de una empresa. Uno de ellos es la aparición de nuevos soportes que le pueden dar más posibilidades a la marca. Hace ya unos cuantos años a la hora de realizar una imagen corporativa, los diseñadores escapaban de utilizar degradados de color en las marcas, más aún si te trataba de degradados entre colores. En aquellos tiempos, casi el 100% de las veces que se iba a utilizar ese logotipo sería en papelería realizada en imprenta offset, merchandising, etc. Para ahorrar costes gran cantidad de esas aplicaciones se imprimían en uno o dos colores. En muchos casos si se realizaba un diseño con degradados que el resultado final fuera satisfactorio dependía en gran medida de la imprenta, de su pericia, habilidad, ganas y presupuesto. Hoy en día, con la evolución de las artes gráficas, la aparición de las imprentas digitales y, sobre todo, los soportes en pantalla, ya no hay ese riesgo tan grande en diseñar con degradados. Los soportes en los que se utiliza el logotipo ya no se reduce al soporte físico como el papel sino que mayoritariamente se utilizan en soportes de pantalla como web, redes sociales, mails, etc. Un logotipo que hace unos años se adaptaba perfectamente a las necesidades del papel puede que no lo haga tan bien en los nuevos soportes por lo que el rediseño se hace imprescindible.

Cuando un emprendedor se lanza a la aventura de crear una nueva empresa los gastos suelen ser muy grandes y los ingresos pequeños. Por este motivo el presupuesto destinado al diseño gráfico suele ser muy pequeño por lo que la calidad del logotipo, en la mayoría de los casos, irá acorde con el presupuesto. Si la empresa crece y se empieza a consolidar en el sector, el rediseño de este logotipo de baja calidad se vuelve imprescindible. Posiblemente la empresa pueda destinar un mayor presupuesto en su imagen y su nuevo logotipo le ayudará a dar un salto de calidad en general.

Existen más situaciones en dónde es necesario un cambio de la imagen corporativa. Por ejemplo en un cambio de rumbo de la empresa, de sector de producción, de actividad, etc. Y por supuesto en aquellas empresas con una crisis profunda, que son conocidas dentro de su sector y que consiguen reflotar. Un cambio de imagen supone “renacer con más fuerza” dejando atrás la crisis y lavando la posible “mala imagen” que puedan haber llegado a tener con la “época oscura”.

Estos son, a grandes rasgos, las situaciones por las que puede llevar a una empresa a modificar su imagen corporativa. Eso sí, para que esta decisión sea efectiva es fundamental contar con profesionales del diseño gráfico y la comunicación, gente preparada para afrontar con mayor efectividad estos retos.